lunes, 21 de septiembre de 2015

Pequeñas y grandes colecciones

En el año 2003 se presenta al público la extensa y maravillosa colección de muñecas y juguetes de las hermanas Mabel y María Castellano Fotheringham. Donadas al Museo Casa Fernández Blanco, son expuestas por primera vez para disfrute de todos los visitantes.
El nombre de la muestra, Memorias de la infancia, 1875 - 1935;  su curadora, Daniela Pelegrinelli.
Si bien casi todas las muñecas y bebés son de fabricantes extranjeros, se destaca y luce entre ellos, la muñeca argentina Marilú, que aunque en sus primeros años fue de cabeza y cuerpo de origen alemán, la situación político-económica que surge durante la Segunda Guerra Mundial, obliga a su creadora a buscar alternativas de fabricación nacional.

Publicación oficial del Museo de Arte Hispanoamericano
"Isaac Fernández Blanco"
Edición de la Asociación Amigos del Museo IFB, 2003

Años después y en una exposición más modesta, se exhibe en la Noche de los Museos de la ciudad de Buenos Aires (noviembre de 2010), sede Escuela Normal Superior N° 1, la colección de muñecas de Susana R., más pequeña pero, igual de bella!







Y Susana, ¡hermosa como sus "nenas"!


martes, 15 de septiembre de 2015

Las muñecas en la fabricación juguetera nacional (Segunda parte)

Las fábricas de muñecas argentinas son, en la década del cuarenta, numerosas y de diferente tipo. Todas elaboran productos en pasta o composición que, por la calidad del material, los detalles más o menos cuidados, o la cualidad de su vestuario, se distribuyen en el mercado local con variedad de precios.
Halcón, tradicional fábrica de velocípedos, introduce una línea de juguetes que incluye los bebés y malcriados de pasta, con producción entre 1940 y 1950.
Publicidad Revista Billiken, c 1950
Alide, con modelos de lujo ricamente vestidos, ofrece una innovación en las articulaciones, realizadas en tela entre el cuerpo relleno y las piernas y los brazos, lo que facilita en el muñeco movimientos y posturas, por lo que se lo puede sentar o acunar.
En 1945, Alicia Larguía lanza las muñecas y bebés Bebilandia, la fábrica creada con la intención de ofrecer una alternativa más económica a la línea Marilú. El vestuario es el mismo que viste a la afamada muñeca.
Publicidad Revista Billiken, c 1946
Bebé Bebilandia, c 1948
Modelo bb cabeza alargada
La firma Artplast introduce, en su línea de muñecas, nenas “caminadoras”, con un sencillo sistema mecánico que permite, tomando a la muñeca de la mano o de uno de sus brazos, hacerla andar, alternando los pies a modo de paso. El mecanismo permite, al mismo tiempo, el giro de la cabeza hacia los lados. Entre otras en el mercado, se destaca Linda Miranda, posiblemente marca de Artplast.
Publicidad Revista Billiken, c 1950
A fines de los años cuarenta, se fabrica en el país Mariquita Pérez, la emblemática muñeca española creación de Leonor Coello. Esta Mariquita local, de breve producción, no alcanza los estándares de calidad distintivos de la muñeca europea.

Publicidad Revista Billiken,
 c
 1949
De la misma década y entrando en los años cincuenta, Ada Rosa, Gracielita, T.C., son primeras marcas de bebés y muñecos en venta en las mejores jugueterías y casas del ramo de todo el ámbito nacional.

Muñeca Ada Rosa

Las muñecas El Mago, íntegramente confeccionadas en tela, son una línea económica, además de la alternativa irrompible, a lo disponible en plaza.

Fuentes: Diccionario de juguetes argentinos. Pelegrinelli, D. Buenos Aires, El juguete ilustrado Editor, 2005. Cámara Argentina de la Industria del Juguete. Sitio Oficial del Museo del Juguete Argentino; “Tecnología y Juguetes, un pedazo de historia”. Mario Bolotinsky, ex propietario titular de Juguetería 1810 desde el año 1949 hasta el año 1997; Pelegrinelli, Daniela; “La industria juguetera entre 1940 y 1950: De los niños privilegiados a los únicos privilegiados son los niños”; Frassinetti, Roberto Darío. Copyright 1999-2003; Keller, Elsa B., dondeestantusjuguetes.blogspot.com;


martes, 8 de septiembre de 2015

Juguetes que atesoran mis amigos...

Cuando tiempo atrás me descubrí apasionada en la búsqueda de objetos con historia propia, un valor añadido que era importante develar, di uno de los primeros pasos en este viaje asombroso que es el coleccionismo.
Aquéllo que atesoramos, de lo que no pudimos desprendernos, tiene un significado asociado a las buenas experiencia vividas y a los afectos más cercanos.
Las cosas dejan de ser tales para ser valiosas portadoras de recuerdos. Con los juguetes, esas memorias vuelven a momentos de la infancia y la familia.

Lala y Pati, 1961
Claudia o Lala, es mi prima y juntas jugamos (y peleamos) los mejores juegos de la infancia. La foto en blanco y negro nos delata... pero, también las polleritas tableadas, las vinchas de nylon y los zapatos guillermina... Lala abraza una muñeca Pielangeli y Pati, una Gracielita.

Los que siguen son algunos juguetes de mis amigos y amigas que, tuvieron la paciencia de escucharme y el corazón para compartir conmigo sus tesoros:

Graciela C., mi osito de mohair pelo corto, color miel, algo gastado de tanto abrazar... Es que lo tengo desde que era chiquita...


(Unmarked)

Marycarmen L., ... este es el bebé de Fermina (n. 1915). A ella se lo regaló su padrino Manuel cuando a los tres años se enfermó de difteria...


(Incisos en la nuca: HLU LACM 81 - 4 - 91)

Mercedes B. tiene muchas muñecas, todas ellas bellas. Herencia y tesoro de la familia, estas nenas están amorosamente vestidas con trajes hechos a mano y en casa, por hábiles y pequeñas costureras. Va a modo de ejemplo, la niña en plumetí rosa, (es que las muñecas de Mercedes merecen un capítulo aparte...)


(Caminadora unmarked)

Silvia L., ... esta muñeca tan grande, 71 cm, estuvo siempre en la casa y fue muy cuidada... Es la hermosa Simon de Ema Volt (n 1900)...


(Simon & Heubach, S&H, 14)

Imer L., ... el avioncito es de hierro fundido y sobre el color plateado original lo pinté de rojo... Fue el regalo de Primera Comunión, en 1940, de mi padrino Alfredo...


(Unmarked)

Olga M., ... el bebé de celuloide me lo regaló mi abuela cuando cumplí dos años... No podía apretarlo mucho porque se abollaba, como en la nariz... ¡todavía lo tengo!


(Unmarked, c. 1946)

¡Hermosos juguetes y más bellos recuerdos!