martes, 8 de septiembre de 2015

Juguetes que atesoran mis amigos...

Cuando tiempo atrás me descubrí apasionada en la búsqueda de objetos con historia propia, un valor añadido que era importante develar, di uno de los primeros pasos en este viaje asombroso que es el coleccionismo.
Aquéllo que atesoramos, de lo que no pudimos desprendernos, tiene un significado asociado a las buenas experiencia vividas y a los afectos más cercanos.
Las cosas dejan de ser tales para ser valiosas portadoras de recuerdos. Con los juguetes, esas memorias vuelven a momentos de la infancia y la familia.

Lala y Pati, 1961
Claudia o Lala, es mi prima y juntas jugamos (y peleamos) los mejores juegos de la infancia. La foto en blanco y negro nos delata... pero, también las polleritas tableadas, las vinchas de nylon y los zapatos guillermina... Lala abraza una muñeca Pielangeli y Pati, una Gracielita.

Los que siguen son algunos juguetes de mis amigos y amigas que, tuvieron la paciencia de escucharme y el corazón para compartir conmigo sus tesoros:

Graciela C., mi osito de mohair pelo corto, color miel, algo gastado de tanto abrazar... Es que lo tengo desde que era chiquita...


(Unmarked)

Marycarmen L., ... este es el bebé de Fermina (n. 1915). A ella se lo regaló su padrino Manuel cuando a los tres años se enfermó de difteria...


(Incisos en la nuca: HLU LACM 81 - 4 - 91)

Mercedes B. tiene muchas muñecas, todas ellas bellas. Herencia y tesoro de la familia, estas nenas están amorosamente vestidas con trajes hechos a mano y en casa, por hábiles y pequeñas costureras. Va a modo de ejemplo, la niña en plumetí rosa, (es que las muñecas de Mercedes merecen un capítulo aparte...)


(Caminadora unmarked)

Silvia L., ... esta muñeca tan grande, 71 cm, estuvo siempre en la casa y fue muy cuidada... Es la hermosa Simon de Ema Volt (n 1900)...


(Simon & Heubach, S&H, 14)

Imer L., ... el avioncito es de hierro fundido y sobre el color plateado original lo pinté de rojo... Fue el regalo de Primera Comunión, en 1940, de mi padrino Alfredo...


(Unmarked)

Olga M., ... el bebé de celuloide me lo regaló mi abuela cuando cumplí dos años... No podía apretarlo mucho porque se abollaba, como en la nariz... ¡todavía lo tengo!


(Unmarked, c. 1946)

¡Hermosos juguetes y más bellos recuerdos!



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